Ge en gåva

Trastorno obsesivo-compulsivo

Todas las personas pueden tener ideas obsesivo-compulsivas de vez en cuando, por ejemplo, revisar si la cocina está apagada o la puerta cerrada. Cuando la obsesión genera impedimentos en la vida, se clasifica como una enfermedad. Algo para lo cual necesitamos ayuda.

¿Qué es el trastorno obsesivo-compulsivo?

El trastorno obsesivo-compulsivo es una enfermedad que genera pensamientos obsesivos que pueden conducir a actos obsesivos. Si la conducta obsesiva ocupa a lo menos una hora al día o disminuye la calidad de vida, puede ser catalogada como un trastorno obsesivo-compulsivo. Es una enfermedad que habitualmente se inicia en la infancia o adolescencia y afecta a más del 2 por ciento de la población sueca.

Casi siempre, el afectado es consciente de su conducta irracional y quiere dejarla, pero no puede debido a la obsesión y otras emociones fastidiosas que surgen si no obedece a la obsesión.

¿Qué son los pensamientos obsesivos y las conductas obsesivas?

Un pensamiento obsesivo es un pensamiento invasivo que irrita, asusta y genera desagrado. Los pensamientos pueden tratar sobre daños ocasionados a ti o a personas cercanas, o daños ocasionados por ti a otra persona. Habitualmente comienzan con “qué tal si…”

Los pensamientos también pueden conducir a conductas obsesivas. Es decir, la persona se siente obligada a realizar algo para acallar los pensamientos o disminuir la ansiedad. La persona tiene una fuerte sensación de que algo está mal y que, por tanto, debe enmendarlo realizando un acto repetidas veces hasta que se sienta “bien” nuevamente.

Conductas obsesivas habituales son lavarse varias veces, revisar las cerraduras o la cocina, o repetirse cosas como si fueran un mantra. A modo de ejemplo, el afectado puede que se sienta obligado a recitar una rima en particular para proteger a familiares de accidentes u otras atrocidades.

¿Cómo afecta la vida diaria?

Las personas que sufren de trastorno obsesivo-compulsivo a menudo necesitan tener control y mantener rutinas. Es común que el afectado sienta vergüenza de sí mismo y su comportamiento, y por ello se muestre retraído. Debido a la dedicación a los pensamientos y el control, a menudo la persona se retrasa o simplemente no sale de casa. El lavarse excesivamente puede traer problemas de llagas y rubor en las manos.

Vivir con pensamientos obsesivos y conductas obsesivas no es una opción. Los pensamientos y las emociones fastidiosas no dependen de la personalidad, sino de la enfermedad. Si eres familiar de una persona con trastorno obsesivo-compulsivo, es importante no culpar a la persona, ya que esto puede aumentar la ansiedad.

¿Dónde y cómo puedo buscar ayuda?

Si tú o un familiar vive con una conducta obsesiva y, debido a esto, tiene mucha ansiedad o dificultades para sobrellevar el día a día, puede recibir ayuda profesional. Comienza contactando con un ambulatorio o consultorio psiquiátrico. Si eres menor de 18 años, además puede contactar con un consultorio para adolescentes, la asistencia médica escolar o un BUP (atención psiquiátrica para niños y adolescentes). El aliento y apoyo de un familiar puede facilitar la búsqueda de ayuda.

El tratamiento puede consistir en psicoterapia, fármacos o ambos. La terapia cognitivo-conductual ha demostrado buenos resultados y consiste en ir acercándose paso a paso a aquello que desagrada para ir en contra de las conductas obsesivas, y así disminuir paulatinamente la ansiedad. Los ejercicios de relajación y la actividad física también pueden ayudar.